Doña Samantha

Samantha, chamanta, chamarrita o cheSamantha, chama... todos los nombres que le deciamos. Otro gato mas que se va en lo que empieza el año. La viuda de Peko y ahora ya lo acompaña en el camino de donde sea o a donde vayan...

lo cierto es que un auto le quito la vida, no se culpa a nadie, fue un accidente, lo que me pesa es que la pobre sufrio por unos instantes, me dolio verla así, todo paso tan de repente que habia llegado del trabajo cuando la vi no lo soporte, pedí dinero prestado para llamar a un veterinario para que viniera y la durmiera, No quería morir, como todo ser vivo queria seguir, se negaba a morir, pero notorio era el sufrimiento... la Veterinaria amablemente la durmio... Así tenia que ser.

La Chama era algo peculiar, era de la calle, nos adopto. De hecho cuando mi Peko era tan solo un gatito, la Chama venía a comer a escondidas asaltaba pan del que hacia mi padre en casa hasta que un día la vimos. No se dejaba agarrar salía corriendo espantada, despues de un tiempo como miraba que a veces intentaba tocarla se acerco y se dejo querer _ Yo fui la culpable de que ya no se fuera de la casa, la acaricie_ la pobrecita estaba flaquisima pero no esqueletica hasta eso tenía la carita muy esquisita, bonita, se me figuraba como la modelo Gemma Ward con esos ojos grandes casi de extraterrestre. Chama tenía sus ojos de color verde agua, cuando era gata de la calle hasta eso se mantenia blanca impecable, pero cuando comenzo a quedarse en casa y cuando la dejamos entrar y salir de ella comenzo a tornarse gris. La muy condenada se bañaba de tierra... Era una linda gata de la calle, hasta eso obediente, no ensuciaba la casa, despues se hizo muy querendona, y cuando digo obediente es porque mi madre aunque usted no lo crea le decia a Samantha _No te embaraces porque luego tus gatitos sufren para encontrar hogar y tu para tenerlos_ La condenada muy entendida jamas quedo embarazada a pesar de que seguido estaba en celo... Curiosa cierto.